miércoles, 11 de abril de 2012

Un adiós...

Nunca ha sido fácil decir adiós, al menos para mí no lo es, es como tener que resignarme a no volver a ver a alguien que forma parte de mi vida, a alguien a quien le di entrada y quizás lo extrañaré, quizás no, pero en ese preciso momento de decir adiós esa persona esta en tu vida, formando parte de ella y con una simple palabra lo estás apartando de tu lado, no sabemos si le volveremos a ver o si esa es la última mirada, las últimas palabras que cruzaran con nosotros.

Pienso que me apego muy rápido a las personas, creo que todos somos únicos y originales, que las cosas que yo tenga, rasgos físicos o de personalidad son solo míos y no los tiene nadie más, así mismo las demás personas, todos esos pequeños detalles, sus características, peculiaridades, tono de voz y una infinidad de cosas son de ellos, nadie más las tendrá, no las encontraré en nadie más porque solo están y estarán ahí, en esa persona a la que le estoy diciendo adiós y, no me refiero solo a personas con las que tuvimos una relación, noviazgo o algo similar, sino a todas las personas que se cruzan por nuestra vida, a todas en general y que por algún motivo, bueno o malo, tenemos que despedirnos.

Hablando de ex's recuerdo mucho de algunos, pueden ser cosas tan peculiares o tan simples, cosas que posiblemente la mayoría de las personas no se fijan, quizás haya que acercarse mucho para observarlas u observarles mucho para notar. Esas pecas en lugares ocultos o tan solo la forma en que mueve las manos al hablar, quizás como se ilumina su rostro cuando sonríe o los visos rojizos de su barba cuando le da el sol, su olor, como se ve en las mañanas, hacia que lado mueve la cabeza cuando me mira, su aliento, posiblemente la forma de caminar, de reír, la expresión que hace cuando se asusta o cuando esta feliz, cosas, detalles, marcas, todas únicas e irrepetibles, son esas pequeñas y a la vez grandes cosas las que extraño de alguien a quien seguramente no vuelva a ver, al menos no con los mismos ojos que le veía en el segundo antes de decir adiós.

Adiós no es solo una palabra que se dice al despedirse de alguien, es también una forma de alejarse del mundo de alguien, una forma de decir no más, es un hasta siempre, un hasta nunca, es apartarse del camino de unos para encontrarnos en el camino de otros. Un adiós puede quedarse sin decir, puede ser un adiós con un gesto, una acción, una mirada, puede ser en forma de abrazo, de beso, de golpe, de regalo, de lagrima, apretón de mano, un adiós oculto en una sonrisa, en una promesa, en una esperanza, en una mentira, un adiós del alma, sincero o falso, un adiós con destellos de felicidad o de tristeza, adiós.

Hay despedidas planeadas, despedidas forzadas, algunas liberan y devuelven la sonrisa al rostro, otras lo amargan y lo inundan con lágrimas. Adioses buenos y adioses malos, adioses de muerte o de vida. Un adiós no es siempre más que un hasta luego, un adiós puede ser la oportunidad de volver a decir hola por primera vez.